Los supuestos remedios caseros contra el coronavirus han sido numerosos durante estos meses de pandemia. La desinformación y el miedo llevan a muchas personas a ingerir productos nocivos para evitar contagiarse o curar esta nueva enfermedad.
Esta temeraria conducta reviste una gravedad mucho mayor cuando es impuesta de padres a hijos. Un niño de 5 años ha fallecido en Argentina tras ingerir dióxido de cloro a instancias de sus progenitores.
El menor ingresó en el Hospital de Plottier por una parada cardiorrespiratoria y el personal sanitario no pudo hacer nada para salvar su vida, tal y como ha informado en un comunicado el Gobierno de la región de Neuquén, donde reside su familia.
Los parientes del niño están siendo interrogados por las autoridades argentinas tras conocer que fueron sus padres los que le hicieron ingerir este químico.
Las autoridades sanitarias han recordado a la población que «la ingesta, inhalación o inyección de dióxido de cloro y derivados (clorito de sodio e hipoclorito de sodio) es muy peligrosa«, pudiendo «causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemólisis, etc.), cardiovasculares y renales».