Murcia ha decidido suspender toda la actividad asistencial no urgente, incluyendo la quirúrgica, para reorganizar los recursos en hacer frente a la «crítica» situación de la pandemia.
Así lo anunció Fernando López Miras, presidente de Murcia, explicando que al activarse la fase 4 del plan de contingencia, y teniendo en cuenta que «de 6 a 9 semanas podemos tener esta presión en las UCI con los datos disponibles hoy», se reordenarán hacia ese objetivo todos los esfuerzos.
Las unidades hospitalarias de reanimación, cirugía mayor ambulatoria y quirófanos se dedicarán ahora al COVID-19, y en el caso de las salas de operaciones al 60% para dejar el 40% para otras patologías.
Además, se reservarán de 4 a 6 camas de cada 10 de la red de 11 hospitales a enfermos de coronavirus, al mismo tiempo que las consultas serán telemáticas siempre que esto sea posible.
«La presión de los profesionales sanitarios va más allá de lo soportable, con hospitales casi llenos y UCI al borde de la saturación, un escenario extremo ante el que se han habilitado nuevos espacios y lo seguiremos haciendo, pero el contagio debe frenarse en seco», aseguró José Pedreño, consejero de Salud.