El tenor español Plácido Domingo, una de las figuras más relevantes de la historia de la ópera, ha sido acusado por nueve mujeres de acoso sexual en unos testimonios publicados por la agencia Associated Press que solo identifica con nombre a una de las víctimas, la mezzosoprano Patricia Wulf.
Según los testimonios, Domingo presionó a las jóvenes víctimas en los inicios de sus carreras para que mantuvieran relaciones sexuales con él a cambio de trabajos, llegando incluso a castigar profesionalmente a las que se negaban.
Las ocho cantantes y una bailarina han asegurado que el comportamiento de Domingo era un secreto a voces en el mundo de la ópera. Una de ellas asegura que el tenor le metió la mano por debajo de la falda, mientras que otras tres aseguran que las besó a la fuerza en lugares privados. «Que alguien te esté intentando coger de la mano durante una comida de negocios es raro, o que te ponga la mano en la rodilla. Siempre te estaba tocando de alguna forma, siempre besándote«, asegura una de las víctimas.
Las otras seis mujeres relatan proposiciones incómodas hechas por Domingo, como insistencia en salir con ella tras haberla contratado para una serie de conciertos en los 90’s. Tres docenas de profesionales del entorno de Domingo confirman que fueron testigos del comportamiento sexual inapropiado del cantante y que perseguía a mujeres jóvenes impunemente, siempre mostrando un claro patrón: mujeres novatas en su profesión, repetidas llamadas durante la noche, insistencia en citarlas en privado bajo la excusa de ofrecerle consejos profesionales, entre otros.
Dos de las víctimas aceptaron sus proposiciones porque les hizo sentir que no podían decir que no al hombre más poderoso de su campo. Una de ellas cuenta cómo se acostó con Domingo dos veces, una de ellas en el hotel Baltimore de Los Ángeles. Cuando el cantante se fue, le dejó 10 dólares diciendo que: «No quiero que te sientas como una prostituta, pero tampoco quiero que tengas que pagar por aparcar».
«Hay una tradición oral de advertir a las mujeres sobre Plácido Domingo», aseguró una mezzosoprano que trabajó en la Ópera de Los Ángeles, contando cómo sus compañeros de profesión siempre estaban advirtiendo que nunca se quedaran a solas con Domingo.
Por su parte, el tenor se ha defendido asegurando que «las acusaciones de estas personas anónimas que se remontan hasta tres décadas atrás son profundamente preocupantes y, tal como se presentan, inexactas. Aún así, es doloroso oír como he podido molestar o hacer sentir incómodo a alguien», y agregó que, sin embargo, «reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado».