Pablo Casado, líder del PP, ha afirmado el pasado lunes que ni él ni nadie de su equipo ha tratado con «delincuentes», recordando su compromiso con la «ejemplaridad» desde que llegó a la presidencia del PP, y subrayó que, con este movimiento, la intención era la de limpiar cualquier falta de esta que hubiera en el partido pasado.
Pero Pablo Casado miente. De la mano de El Confidencial, se ha podido saber que la identidad de las dos personas que el PP mandó a negociar con Bárcenas, hasta ahora desconocidas, es la de Jesús Santos, abogado representante del PP en el juicio de la caja B, lo hizo por indicación de Enrique López, actual consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid.
Hasta una docena de veces fueron los contactos entre estos dos populares y el intermediario de Bárcenas, y se alargaron 3 años. «Hasta, al menos, 2018», cita el medio.
Los encuentros se realizaron bajo el más absoluto secreto a través de un intermediario de Bárcenas, siendo la primera en noviembre, tras el juicio de la Gürtel quedar visto para sentencia. Según las fuentes del medio, «todos los encuentros contaron con la aprobación del partido, a quien Santos consultaba antes e recibir al amigo de Bárcenas, Agustín».
En estas reuniones, Bárcenas intentaba llegar a un acuerdo para que su mujer no fuera a prisión. Por parte del PP, el temor era la acusación de Anticorrupción, así que llegaron a un acuerdo donde el extesorero protegería al PP a cambio de que su mujer no entrara a prisión.
Pero la promesa no se sostuvo. Rosalía Iglesias entró a prisión, y Bárcenas decidió tirar de la manta. «El sentimiento de culpabilidad de haber podido provocar que mi mujer estuviese en riesgo de perder la libertad y entrar en prisión me hizo creer, inocentemente, en la promesa», declaraba.