El Tribunal Supremo ha confirmado la sanción de cinco días impuesta a un cabo de la Guardia Civil de Huelva por dejar sin custodia durante varias horas a una mujer que había denunciado a su pareja por violencia de género. El agente permitió que la mujer volviera a su casa para dar de comer a sus hijos sin saber dónde estaba el agresor, que fue arrestado esa misma noche.
Los hechos se remontan a junio de 2017, cuando la mujer fue por a las dependencias de la Guardia Civil para denunciar una agresión por parte de su pareja dos días antes. La denunciante fue explorada en un hospital, donde se activó el protocolo de agresión sexual y un cabo recibió el encargo de llevar a la mujer de vuelta al puesto.
En ese momento, la mujer le pidió poder ir a su casa, a apenas cien metros del puesto, para dar de comer a sus tres hijos menores de edad, a lo que el cabo accedió sin siquiera comprobar si el agresor se encontraba en el interior del domicilio.
El Supremo sostiene que el agente «incumplió con su obligación y permitió a la víctima subir a su domicilio, sin acompañarla, y sin tener conocimiento de si el presunto agresor estaba o no detenido, incumpliendo la orden dada, resultando indiferente, a estos efectos, que la víctima quisiera dar de comer a sus hijos».
Afortunadamente, el agresor no estaba en casa y pudo ser detenido poco antes de la medianoche de ese día. Ahora la sala de lo militar del Tribunal Supremo ha decidido ratificar la sanción de cinco días impuesta al cabo por una falta de negligencia grave en el cumplimiento de las órdenes recibidas.