El Ministerio de Sanidad ha adquirido un lote de pruebas de detección de coronavirus defectuoso que solo tenía un 30% de fiabilidad. Estos estaban homologados por la UE.
En un primer momento se creyó que los tests habían sido comprados a la marca Bioeasy y traídos desde China, pero Moncloa ha aclarado en un comunicado que las pruebas se adquirieron mediante un proveedor español.
En el documento presentado por el Gobierno se explica que «España se guía por la normativa de la UE y, por tanto, si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario».
La Moncloa ha asegurado que se hicieron comprobaciones antes de comprar los tests: «Por parte del Instituto de Salud Carlos III se analizó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino. También se comprobó que no existía ninguna alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios sobre este producto».
Fue este Instituto Carlos III el que se encargó de las primeras pruebas «y en cuanto se detectó una escasa sensibilidad, se dio orden inmediata de retirada y se contactó con el proveedor, que lo va a sustituir por otro tipo de test».
La embajada china ha afirmado que Bioeasy no era un vendedor recomendado y que carece de licencia, a lo que el Gobierno ha replicado que «esta operación se inició antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores». «No obstante, esos listados incluyen fabricantes validados y preferentes. En ningún caso consta información sobre la empresa china que, según la embajada, no cuenta todavía con la licencia correspondiente en China. Por parte del Ministerio de Sanidad sí se hicieron comprobaciones sobre la fiabilidad del proveedor nacional«, concluyen.