Jordania, Camboya, Fiji, Samoa, Estados Unidos y México. Esa fue la lujosa ruta de la luna de miel de Felipe VI y la reina Letizia en 2004, un viaje de medio millón de euros pagado a medias por Juan Carlos y una empresa privada.
Concretamente, los 467.000 dólares de viaje, según The Telegraph, corrieron a cuenta de Juan Carlos I, aunque 269.000 los depositó la empresa Navilot SL, empresa indirectamente relacionada con Jordi Pujol Ferrusola, ya que fue creada por un abogado vinculado al hijo del expresidente de la Generalitat.
Bajo los pseudónimos de señor y señora Smith, mismo alias que daba su padre, Felipe y Letizia realizaron el viaje del que se han destapado algunos de los lujos que se permitieron, como las cinco noches en un complejo en una isla de Fiji que costaron 33.000 dólares, según el medio antes citado.
El viaje lo organizó Corinna, la amante de Juan Carlos I. «Esta apenas dormía. No se separaba de los dossieres del viaje y estaba muy preocupada de que no se filtrase nada. Nos explicaba después lo complicado que había resultado organizar un viaje así, por todo el mundo y en contacto con embajadas, sin que trascendiera nada», adelantó Vanity Fair.
Pero, ¿por qué Josep Cusí, dueño de Navilot SL, pagó este viaje?. Un tercer amigo del empresario y Juan Carlos I aseguró a El Español que habría pagado eso «y más». «Haría cualquier cosa que le pidiera. Sólo te voy a contar un detalle para que te des cuenta de la amistad que mantienen. Cuando en 1986 el urólogo catalán Gil Vernet operó al monarca, fue Cusí el que se ofreció a llevar personalmente a un laboratorio de Estados Unidos las muestras que debían ser analizadas para comprobar el estado de los tejidos extirpados a Juan Carlos I».