El periódico The New York Times ha publicado un artículo en el que habla de la necesidad de convocar un referéndum sobre la monarquía en España. El artículo, publicado en la versión en español del diario, lo firma David Jiménez, escritor y exdirector de El Mundo.
En él, el autor se hace eco de las múltiples iniciativas populares, en universidades y diferentes barrios españoles, para organizar consultas entre monarquía y república, y de la decisión de Podemos de pedir la reprobación del rey a más de mil ayuntamientos; e invita al rey a «aceptar el envite«.
«Los defensores de la monarquía, incluidos los partidos que la sostienen, ven las consultas como un ataque al corazón del Estado español«, reflexiona Jiménez. Y ve esa postura como un error: «Harían bien en aceptar el envite: la monarquía necesita un referéndum para garantizar su continuidad a largo plazo y renovar su legitimidad democrática«.
Según él, a pesar de que Felipe VI no se haya visto envuelto en ninguna polémica, no es fácil saber qué apoyo tiene la casa real entre los españoles, teniendo en cuenta escándalos como el de Urdangarín o los audios de Corinna. Es aún más complicado teniendo en cuenta que «el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el organismo público encargado de medir el pulso social del país, dejó de preguntar sobre la monarquía en 2015, después de que los escándalos de Juan Carlos I hundieran su popularidad».
El autor recuerda que lejos quedan los tiempos «en los que la monarquía española vivía un idilio casi perfecto con la ciudadanía, la familia real tenía una imagen impoluta y el debate sobre el modelo de Estado permanecía en la marginalidad política», una imagen que achaca a que «la prensa ocultó sus excesos, los políticos miraron para el otro lado y la élite económica le agasajó en busca de privilegios e influencia, creando un muro de protección tan cortesano como ficticio«.
Por todo ello, Jiménez anima al rey a «Abrir la institución a la calle, huir del hermetismo que promueve su entorno más conservador y reanudar el impulso reformista de sus comienzos, abrazando incluso la idea de que al final su futuro sea decidido en un referéndum«.