«Estamos en los 10 días más importantes del verano para saber si con la solidaridad, la colaboración y el esfuerzo colectivo de todos somos capaces de enderezar la situación. Pero la situación es crítica, si no lo conseguimos tendremos que retroceder«.
Esas fueron las palabras de Quim Torra en una comparecencia en la que ha instado a la población a reducir al máximo la vida social, hostigando a los jóvenes directamente asegurando que «hoy el botellón no es una fiesta, es un acto de insolidaridad», pero a su vez abriendo las puertas a los turistas extranjeros, asegurando que «Catalunya es un destino turístico responsable».
La Generalitat ha aprobado una batería de medidas de seguridad para la población, como el cierre de las discotecas, salas de baile y de fiestas con espectáculo en toda Catalunya, además del cierre de todos los bares y restaurantes a medianoche.
Torra llamó a la responsabilidad ciudadana y anunció que las autoridades colaborarán con ello, ya que le pidió a la conselleria de Interior y a los municipios que los Mossos y las policías locales apliquen «con severidad» las sanciones previstas en caso de incumplir las restricciones.
Además, aseguró que «si los expertos me piden tomar decisiones más duras, no me doblegará la presión de ningún lobbie«, en referencia a la empresa Foment del Treball, que pidió no volver al confinamiento.