Verónica García, una joven venezolana de 36 años, ha causado la muerte de su marido y sus tres hijos menores de edad tras ocultar su positivo en coronavirus. Tras sentir los primeros síntomas del virus la segunda semana de diciembre, se hizo una prueba PCR que dio positivo.
García decidió no decírselo a su familia, aunque según medios locales, sí se aisló en su casa. Unos días más tarde, la mujer se hizo una segunda prueba PCR que certificó que estaba contagiada e inició el tratamiento. Sin embargo, siguió sin comunicarle a su familia que estaba infectada, por lo que siguieron haciendo vida normal.
Mientras la mujer aseguraba que tenía «una gripe muy fuerte», su marido de 33 años, su hijo de 17 y sus dos hijos de 4 años seguían haciendo sus rutinas como si nada pasara. El día 27 de diciembre, mientras su marido iba a una fiesta familiar, su mujer se quedó en casa, pero decidió llamarlo y contarle que tenía el virus para que no se lo contagiara al resto de los asistentes.
«Él se fue a la reunión. Las fiestas están prohibidas, pero se reunieron unas 20 o más personas. Tomó alcohol, habló con amigos, cuando recibió una llamada telefónica de su esposa, donde le dijo que se regresara a la casa, que no compartiera con nadie, porque ella tenía Covid-19 y él podía estar infectado», cuenta su cuñada, Mariela García.
Por desgracia, ya era demasiado tarde. Tanto su marido como sus tres hijos dieron negativo en la prueba rápido, pero en enero ella enfermó con neumonía y el resto de familia dio entonces positivo, aunque registrados como asintomáticos.
El día 14 Verónica fue hospitalizada. Dos días después su marido, y una semana más tarde, ambos habían fallecido. El hijo de 17 fue hospitalizada por presentar síntomas, al igual que los dos mellizos de 4 años, quienes fueron hospitalizados con neumonía. Primero falleció el mayor, y luego, el 27 de enero, perdieron la vida los pequeños.