Las autoridades portuguesas han informado este miércoles del fallecimiento de un bebé de cuatro meses por coronavirus. Se trata de la primera víctima menor de 10 años desde el inicio de la pandemia en el país, que también sufre recientes brotes en centros para mayores.
La ministra portuguesa de Salud, Marta Temido, ha explicado que la pequeña padecía una cardiopatía congénita grave y murió en Lisboa después de que un familiar le contagiase el coronavirus.
Por su parte, la directora general de Salud, Graça Freitas, añadió que la bebé «nació con una cardiopatía congénita muy grave y la situación del coronavirus provocó el agravamiento de esta patología y la aparición de una consecuencia cardíaca calificada como miocarditis».
En los últimos días se han detectado varios brotes en residencias de ancianos, especialmente en el municipio de Odivelas, donde 71 personas han sido diagnosticadas, 37 usuarios y 34 empleados.