Pedro Jiménez Arias, sacerdote de la diócesis de Ciudad Real entre 2014 y 2016, ha sido condenado a 30 años de cárcel por abusar sexualmente de siete menores de edad, todos de entre 11 y 14 años, tal y como ha informado ‘El País’.
La condena, establecida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, obliga también al religioso a abonar una indemnización de 53.920 euros a las víctimas. En caso de no hacer frente al pago, se le sumarán otros seis años de prisión.
El papa Francisco ordenó al sacerdote dimitir, mientras que la Iglesia decidió castigarle recluyéndole en un monasterio durante cinco años con asistencia espiritual y psicológica. El ahora condenado se negó a cumplir.
El condenado abusó de los menores más de una veintena de veces y a lo largo de varios años en las habitaciones personales de los niños, en su propio despacho y en algunas instalaciones deportivas de Ciudad Real. Jiménez Arias era tutor de los menores «desde lo académico a lo personal, desde las ocho de la mañana a las once de la noche», indica la sentencia.
La resolución constata que el exsacerdote utilizó la confianza de sus alumnos en él para propasarse y realizar tocamientos en sus partes íntimas con «con claro propósito de obtener la satisfacción sexual del acusado, que se aprovechaba de su condición de formador para ejecutarlos».