El artista Petr Davydtchenko kidjd vive de escándalo en escándalo. Su última aventura le llevó a pasar tres años viajando en bicicleta y alimentándose solo con los animales que conseguía cazar, documentando todo el (desagradable) proceso.
«Decidí salirme del sistema establecido y no participar directamente del capitalismo. Viví dos años sin gastar un euro. Solo comí animales que me encontraba muertos por la carretera. Ha sido una aventura muy sabrosa», dijo al respecto en una reciente entrevista.
Con la pandemia del Covid-19 sacudiendo los cimientos mismos del mundo, Davydtchenko ha decidido continuar la temática de comer animales primitivamente , pero esta vez para denunciar no el capitalismo sino las farmacéuticas.
Apelando al supuesto origen del coronavirus, un murciélago del mercado de Wuhan, el artista aparece en su última obra comiéndose uno de estos animales vivo, pudiendo verse cómo lo mastica. En su cabeza puede verse tatuado el logotipo de la farmacéutica Pfizer.
Este proyecto, que ha sido calificado en varias ocasiones de crueldad animal, tiene como objetivo, en palabras del hombre, «destruir el poder del Big Pharma».
A través de un comunicado de prensa, Davydtchenko ha explicado que el trabajo es una forma de protesta contra las farmacéuticas, que «se negaron a participar en una propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que garantizaría que cualquier medicamento esté libre de patentes y se distribuya equitativamente a aquellos en necesidad».
El artista ha asegurado que la vacuna se ha convertido en «un instrumento de poder en un campo geopolítico entre China, América y Europa. Quien posea el primero la vacuna será el primero que domine el mundo«.