Jonathan Watson, un hombre de 41 años cumpliendo condena en el Centro Penitenciario del Estado en Corcoran (California, EEUU) ha confesado haber matado a golpes a dos pederastas con los que coincidió en la cárcel. El preso realizó su confesión en una carta a la que ha tenido acceso el diario ‘The Mercury News’.
En el texto Watson cuenta cómo sucedieron los hechos. Todo comenzó cuando le rebajaron la clasificación de seguridad hasta el Nivel II, lo que le llevó a compartir celda con otra persona. El sujeto, al que Watson se refiere como «pederasta número 1», tenía la costumbre de poner en la televisión canales infantiles.
Al principio no le dio importancia, pero poco después acudió a un guardia para comunicarle sus intenciones y que le devolvieran al nivel III de seguridad. Este «se burló» y no le creyó, según Watson. «No podía dormir sin hacer lo que mi instinto me decía que tenía que hacer. Recogí mis cosas porque sabía que la situación se resolvería pronto», relata.
Al volver a su celda, el hombre condenado por agresión sexual puso de nuevo un canal infantil. «En esta ocasión, otra persona dijo: ‘¿De verdad va a ver esto delante de todos nosotros?’. Recuerdo haber dicho: ‘Tengo esto’. Así que cogí el bastón y fui a buscarle«. Y posteriormente golpeó hasta la muerte al individuo.
Cuando fue a entregarse a los guardias, se cruzó con otro pederasta e hizo lo mismo, pensando que «le haría un favor a todos». David Bobb, de 48 años, murió el mismo día, mientras que Graham De Luis-Conti, de 62, falleció días más tarde en el hospital.
Watson se acercó a un funcionario y le dijo: «Tengo malas noticias«. «Le dije lo que acababa de hacer. No se lo creyó hasta que vio la escena que había dejado en el dormitorio».
Cuando finalmente fue detenido, Watson hizo una confesión completa de los dos asesinatos. Asegura además que, de ser llevado a juicio, también se declarará culpable.
«Estas personas son la peor pesadilla de todos los padres. Pasan años planeando de manera cuidadosa cómo darles a sus hijos todas las oportunidades que nunca tuvieron y aparece un monstruo que cambia la trayectoria de ese niño para siempre», denuncia el asesino en su carta.