El pasado 12 de marzo la brasileña Vera Lúcia Pereira cumplía 59 años. A pesar de la amenaza del Covid-19, la mujer decidió celebrar su cumpleaños un día después con una fiesta a la que acudieron 28 personas. Semanas después, catorce de sus familiares dieron positivo por coronavirus y tres han fallecido.
«Teníamos dudas, pero decidimos hacerla, porque no había tantos casos en el país«, ha explicado una de las invitadas a la BBC. En ese momento, se habían registrado 98 casos en Brasil.
Pocos días después de la fiesta, varios miembros de la familia contaron en el grupo de WhatsApp que tenían síntomas de la enfermedad. Finalmente, el marido de Vera y dos de sus hermanos perdieron la vida.
«Es una gran tristeza. Esto solo muestra lo agresiva que es esta enfermedad, porque a pesar de que tuvo acceso al hospital y a respiradores mecánicos, no pudieron salvar a mi madre«, dice Rafaela Hanae, de 33 años.
«Pensamos que era algo muy lejano», ha dicho María Salete Vieira, otra de las asistentes a la fiesta. Asegura que ningún familiar tenía síntomas, así que no tienen forma de saber quién fue el primer contagiado. «Descubrir eso ahora no va a cambiar nada para nosotros», afirma.
Los supervivientes al cumpleaños permanecen en aislamiento. Los que enfermaron ya se han recuperado, pero ahora piden al mundo más conciencia sobre la enfermedad.
«Esto no es un resfriado. Es una catástrofe. Es un virus horrible y muy cruel. Puede llevarse a las personas muy rápidamente. Todos deben comprender la importancia de cuidarse, aislarse y cuidar de los suyos. Es esencial tener más empatía y respeto por los demás en este momento», ha concluido Rafaela Hanae.
