Una niña de 12 años de Morón, Argentina, ha logrado probar a su comunidad que lo que decía era cierto: un familiar suyo abusaba de ella sexualmente. La menor logró grabar los sucesos in fraganti gracias a las cámaras de seguridad instaladas en su casa.
La niña llevaba años sufriendo estos abusos, pero cuando lo comunicó a sus padres no la creyeron. La primera vez que los padres supieron de los hechos fue a través de la madre de una amiga de la niña, a la que la víctima envió un audio explicándole que su «tío» le había realizado tocamientos.
Los progenitores de la niña decidieron no actuar aparte de alejar a la menor del hombre. No obstante, siguieron en contacto y los abusos continuaron.
En una clase de Educación Sexual Integral, la niña informó de nuevo de que su «tío» estaba abusando de ella sexualmente. La escuela alertó de nuevo a la familia, que nuevamente no creyó los hechos porque “eran cosas que no pasaban en familias como la suya”.
Finalmente instalaron cámaras de seguridad en la casa, lo que le permitió a la menor recopilar pruebas contra su agresor. En una de sus visitas, lo condujo a su habitación, que estaba recién pintada, y el hombre comenzó una vez más sus abusos.
Entonces la niña mira a cámara y le informa de que ha sido grabado, lo que enfada al agresor y la coge del cuello antes de salir de la habitación. «Me apretó el cuello y me dolió mucho», ha contado la niña.