La historia de una pareja sevillana y su hija de 3 años atrapados en una isla de 7 kilómetros llamada Boracay (Filipinas) ha dado la vuelta a las redes.
La pareja ha pedido ayuda a través de un vídeo de Youtube para regresar a España, ya que el único médico de la isla ha dado positivo en coronavirus y el ambulatorio ha cerrado.
La familia denuncia la carencia de agua potable, antiséptico para las manos, guantes y medicamentos. Los tres deberán abandonar el hotel en el que hospedan en los próximos días.
«Nos echan del hotel, la casera no nos coge el teléfono, no sabemos qué hacer con India (su hija) en la calle, no tenemos respuesta del Consulado y nadie nos dice por qué no podemos entrar en otro hotel», se lamentan en el vídeo.
El sevillano cuenta cómo el coronavirus ha puesto «a todo el mundo en jaque con mucho miedo». También relata que los militares han decretado el confinamiento domiciliario y los métodos de las autoridades filipinas son más estrictos que los europeos.
«Tenemos miedo porque no sabemos cómo puede responder el militarismo», cuenta el padre de la pequeña, asustado y claustrofóbico por estar encerrado en una habitación de 8 metros junto a su hija y su esposa.
Asimismo, han contado que es posible que un avión recoja a todos los turistas europeos de Boracay, ya que el aeropuerto es internacional, pero no pueden ir a Manila, capital de Filipinas, porque el Gobierno ha prohibido los vuelos nacionales.
