Nos remontamos a la nochebuena de diciembre de 2011. Unas fechas donde la crisis económica galopaba a su merced por España, Mariano Rajoy se acababa de convertir en Presidente del Gobierno, y el rey Juan Carlos I aprovechaba el mensaje de navidad para llamar a la cooperación ciudadana.
El monarca hablaba con «sinceridad y realismo, sin rehuir de los problemas que nos aquejan como sociedad». Pedía «volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y sus familias» ante el «sufrimiento» que estaba provocando la crisis.
En ese mismo mensaje, el rey emérito pedía «reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos». Seis meses después de este mensaje, Juan Carlos I traspasaba 65 de los 100 millones saudíes a Corinna Larsen, movimientos que están siendo investigados por la justicia suiza, que sospecha que el dinero provenía de comisiones cobradas por interceder en la concesión del AVE a La Meca. 100 millones que escondía en Suiza desde 2008.
