Entre carcajadas, los cazadores se acercan al animal, recién herido de bala, para recoger la pieza. Cuando uno de ellos le asesta una patada pata darlo vuelta, el animal resurge de entre los muertos y arremete contra ellos.
Y es que la madre naturaleza parece que comienza a tener conciencia de venganza sobre los infraseres que disparan a sus animales. Las risas se convirtieron en gritos de terror; el animal había fingido su muerte para atacarlos cuando se acercaran a por él.