Más de 133.000 personas se han manifestado este sábado en toda Francia contra la ley de seguridad global que pretende implantar el Gobierno en la que uno de sus puntos prohíbe la grabación y difusión de imágenes de policías y gendarmes durante sus operaciones.
Este deliberado ataque a la libertad de expresión y al derecho a informar ha provocado que los franceses provoquen graves revueltas y daños en la ciudad, con bancos y coches incendiados, además de herir a 36 policías.
En una de las protestas, uno de los asistentes pudo captar con la cámara cómo un grupo de neonazis se colaba en el interior de la marcha para intentar reventarla desde dentro, arremetiendo sin piedad contra los acudientes. Finalmente, los protestantes acaban echándolos.
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