Desde tiempos inmemoriales se cuenta de la gran peligrosidad de los osos: esos mastodontes salvajes de 300 kg que tienes que evitar a toda costa, ya que a pesar de su lentitud al correr, son animales muy ágiles y de fuerza superior capaz de acabar contigo de un solo garrotazo.
Todos los osos son peligrosos… menos este. Ocurrió en un parque de Maryland, Estados Unidos, donde un curioso y enorme oso negro americano se acercó a una familia que disfrutaban de un tranquilo picnic.
Lejos de asustarse, los miembros de la familia lo recibieron con los brazos abiertos y, es más, lo invitaron a un delicioso sándwich de crema de cacahuete para que se uniera a la merendola familiar.