El ex comisario José Manuel Villarejo declaró el pasado viernes 2 de julio ante el juez que instruye la Operación Kitchen, Manuel García Castellón. Durante su testimonio, señaló a la cúpula del PP y aseguró que «la operación Kitchen es imposible sin Rajoy».
Villarejo ha señalado al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y dice que es reclutado por el director de la Policía, Ignacio Cosidó, ante el «gran interés» de Rajoy. Además, se enorgullece de su experiencia en inteligencia para expresar que es «imposible» que una operación de este tipo se ejecutara sin la autorización de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Jorge Fernández Díaz.
Por otro lado, Villarejo implica a altos cargos del PP, a agentes de la policía política y al CNI en la trama desarrollada entre 2013 y 2015 para robar y destruir las pruebas que pudiera poseer Luis Bárcenas, ex tesorero ‘popular’.
Según la versión del comisario jubilado en sede judicial, le fueron dados dos números de teléfono para que pudiera informar de manera directa a Rajoy, aunque no tiene claro si se los dio el CNI o María Dolores de Cospedal. Según afirma, los mensajes por SMS con Rajoy eran cortos, y era el político del PP quien escribía primero, realizando peticiones concretas. Esta relación habría tenido una duración de «más de tres meses».
Sin embargo, este no era su único canal de comunicación con el PP: también se reunía periódicamente con Cospedal en la sede nacional para informar sobre los avances de su espionaje.
Por su parte, Cospedal ha declarado ante el magistrado que se reunió con Villarejo porque este «podía tener información» de actuaciones «que no fueran ortodoxas o regulares» por parte de «algunas personas del partido».