Congo lleva 22 años de guerra y el abuso sexual a mujeres y niños se ha perpetuado en este período. Safi Kungwa, una de las víctimas, relata que cuatro hombres la violaron en presencia de sus hijos y marido para luego insertar un arma en su vagina y disparar a su esposo.
Muchas mujeres son violadas y agredidas brutalmente en Congo, pues el abuso sexual como arma de guerra no deja muertos y no existe riesgo para los abusadores. Cuando las víctimas llegan a los hospitales, si lo logran, dentro de sus genitales se encuentran palos, bayonetas o piedras inclusive. Así como lo está siendo en Congo, en la guerra de Bosnia se perpetuó también la violencia sexual llegando a tener hasta 67 campos de mujeres musulmanas como esclavas sexuales.
Los recientes premio Nobel de La Paz, el médico congoleño Denis Mukwege, y la activista yazidí Nadia Murad, son la voz de denuncia de estos casos. Atienden a mujeres violadas y recogen sus testimonios. Esperan que países miembros de la Comunidad Europea como España, Francia y Alemania influencien para que la Ley votada por el Parlamento Europeo que asegura el suministro responsable y seguimiento del coltán sea adoptada por el Consejo Europeo ayudando a que los abusos sexuales sean penalizados.