Malas noticias para la extrema derecha: parece que la ilusión de novedad y frescura política que podría atraer a algunos se está desvaneciendo. En lo que llevamos de año, poco más de 8 meses, el partido de ultraderecha Vox ha perdido más de 10.000 afiliados, tal y como indica ‘El País’.
La decadencia de la formación es tal que les ha obligado a no celebrar elecciones internas en la mayoría de provincias de España por no contar con el mínimo de 500 afiliados necesarios en cada localidad.
Concretamente, y según la convocatoria de su Comité Electoral, 19 de las 52 provincias tendrán elecciones internas. Así, se evidencia que solo un tercio de las provincias cuentan con 500 afiliados o más al partido.
Es inevitable la comparación entre el rumbo que parece estar tomando Vox con el de UPyD, el casi desaparecido creado por Rosa Díez.
UPyD mantuvo un estricto control sobre quiénes se afiliaban al partido y no autorizó la creación de organismos locales para impedir el acceso de personas inadecuadas según el criterio único de su líder.