Tres menores palestinos fueron asesinados por un dron israelí en un punto fronterizo en Gaza. Tras bloquear el acceso a los servicios de emergencia durante una hora, israel dejó finalmente que la Media Luna Roja trasladara a los niños, que ya estaban muertos. Eran Abdul Hamid Abu Dhaher, de 13 años, Mohamed al Satari y Jaled Abu Saed, ambos de 14. Miles de personas han asistido con consternación a su traslado desde el Hospital Al Aqsa, en la población de Deir el Balah, para ser enterrados.
«Aperentemente, los niños colocaban un aparato explosivo improvisado cerca de la valla de seguridad», informa el Ejército israelí. Por eso se disparó un misil desde un avión militar contra los tres niños.
«Esto es una demostración de lo brutal que es el Ejército israelí y su falta de moral; los ejércitos de otros países no asesinan a niños y niñas«, decía Ibrahim Satari, junto al cadáver de su hijo Mohamed.
En la mañana de duelo participaron también miles de palestinos, entre ellos algunos líderes políticos. Ahmad Bahar, vicepresidente del Consejo Legislativo Palestino, Ismail Haniye, jefe del movimieto islamista Hamás, o Jale al Batash, líder de la Yihad Islámica, fueron algunos de ellos. Al Batash, que también forma parte del comité de la Gran Marcha del Retorno, afirmaba que «el precio a pagar» por este crimen era el cese del bloqueo en Gaza por parte de la ocupación israelí.
Los islamistas aseguran que la acusación de que los menores llevasen una bomba es una mentira inventada para «justificar sus crímenes». La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha tachado el hecho de «crimen de guerra» y ha pedido cuentas a la Corte Penal Internacional (CPI).
Han muerto más de 200 palestinos junto a la frontera desde que, el pasado 30 de marzo, empezaran las protestas para poner fin al bloqueo y permitir el regreso de los refugiados. La tensión sigue creciendo en Gaza y los incidentes violentos están a la orden del día.
