La Audiencia de León ha confirmado la absolución de los dos guardias civiles acusados de coacciones por vejar y amenazar a la propietaria y clientes de un bar en Carrizo de la Ribera.
De este modo, se han desestimado los recursos interpuestos contra la sentencia del juzgado que absolvió a los agentes acusados de tomar el mando del bar cerrando la puerta y obligando a los clientes a fumar y a apagar sus móviles.
Según la denuncia, los dos agentes pasaron al interior de la barra y se sirvieron bebidas, pusieron música en el ordenador (incluyendo el Cara al Sol), colocaron sus armas reglamentarias encima de la barra y obligaron a los clientes a introducirse balas en la boca y en sus bebidas. La dueña del bar aseguró además que uno de ellos intentó besarla y le dijo: «Eres mía».
En la sentencia, el juzgado ha considerado que no existe acreditación de ninguno de los hechos y que «no consta» que ninguno de los guardias intentara abrazar y besar a la dueña. La denunciante explicó que tardó un año en denunciar el suceso por «miedo», y que la animó a ello el sargento del puesto y un capitán que instruyó la investigación abierta a los dos agentes.
El sargento asegura que tenía conocimiento de su comportamiento «irregular» por comentarios anónimos que le habían llegado. Por otra parte, el abogado de los acusados insistió en que jamás se localizó a los cuatro clientes que había en el bar porque, tal y como sostuvieron sus defendidos, «cuando entraron los guardias civiles solo estaba la propietaria a la que informaron de que estaba sobrepasando la hora de cierre y que el local olía a tabaco».