El aceite de oliva es un producto básico y esencial en la dieta mediterránea. Pero, ¿podrían estar engañándonos las grandes compañías con respecto a su calidad? Claro que sí. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado más de 40 marcas de presunto Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) y ha descubierto que la mitad de estos productos no son en realidad lo que dice su etiqueta.
Para ser calificado como AOVE, el producto debe cumplir con una serie de características organolépticas que son comprobadas con pruebas sensoriales, realizadas en un panel acreditado y con una metodología específica, tal como lo especifica el Real Decreto 538/2015.
Siguiendo estrictamente estos parámetros, la OCU ha analizado una serie de marcas de aceite de gran consumo, de las que se venden en supermercados como Mercadona o Carrefour. Si bien ninguno de estos productos han sido mezclados o son de mala calidad, ni suponen un riesgo para la salud, sí se ha podido comprobar que muchos de ellos no tienen las propiedades de olor y sabor necesarias para ser calificados como virgen «extra«.
Desde la organización están denunciando ante las respectivas Comunidades Autónomas a estas marcas que venden su aceite de oliva virgen como «extra», que es entre 0’4 y 0’5 euros más caro que el aceite de oliva virgen.
«Están engañando al consumidor. No estamos hablando de un problema de salud pública ni de seguridad alimentaria, pero sí de un se trata de un fraude en etiquetado, pues el consumidor cree estar comprando algo diferente a lo que es.»
La otra cara del análisis es que muchos de los AOVE que se venden han demostrado tener no sólo una excelente calidad, sino unos precios bastante asequibles. Es importante que los y las consumidoras sepamos qué estamos comprando y no nos dejemos engañar por las grandes compañías, que siempre encuentran mecanismos para saltarse las normativas y llegar a darnos perro por liebre.