José Manuel Villarejo en su declaración en la Audiencia Nacional ha segurado que el encargo investigado en la pieza ‘Pintor’ del caso ‘Tándem’ no fue un negocio, sino un favor que le hizo a la presentadora Ana Rosa Quintana, para entonces una estrecha amiga de este.
Según explica, fue la presentadora quien le pidió ayuda con su esposo, el empresario Juan Muñoz Tamara, quien estaba acusado junto a su hermano Fernando de revelación de secretos y tentativa de extorsión.
«Fue un favor personal que no me pidieron estos hermanos a los que no conocía de nada, sino que me pidió mi buena amiga Ana Rosa, que ya me había pedido muchos favores desde hace tiempo, cuando éramos dos solteros, como con el plagio de su libro, infinidad de veces», explicó.
Villarejo asegura que «Ana Rosa me comentó ‘oye, tengo un problema con este maridito que he hecho nuevo, que resulta que como es más joven que nosotros y no entiende que está casado con una mujer muy famosa’. Y el problema es que se dedica junto a otras personas a fabricar facturas falsas para obtener dinero en efectivo para así pagar las licencias de obra etcétera. Por favor, ayúdalo».
Fue entonces cuando, según Villarejo, proporcionó a los hermanos Muñoz unos vídeos en los que el abogado y exjuez Javier de Urquía aparecía acompañado de prostitutas y consumiendo cocaína. Con este material, los hermanos pretendían presionar al exjuez para que convenciera a un cliente suyo de que no atribuyera a Fernando toda la responsabilidad de un delito fiscal.
«Me hubiera gustado que hubiera venido Ana Rosa a explicar si es verdad o no. A su marido lo conozco después de que ella me pide que yo le ayude. Yo no tenía ninguna relación con su maridito, y perdone el término, pero ella estaba muy enfadada por los errores de su marido que redundaban en ella por su prestigio profesional», comentó Villarejo.
