Artur Mas, expresident de la Generalitat, decía en una entrevista a RNE que «No es momento de convocar elecciones» en Cataluña. Según él, Torra tiene que preocuparse de «recomponer la unidad en el Parlament para cumplir con el mandato de la gente, que es lo que los políticos tienen que hacer.» Mas no interpreta el mensaje que la semana pasada lanzó Quim Torra a Pedro Sánchez como un ultimátum. El expresident cree que lo que Torra quería decir es que «después de un primer encuentro, para romper el hielo, la segunda reunión tendría que hacerse sobre propuestas concretas y que vengan del Gobierno.» Se muestra más cómodo con el gobierno de Sánchez que con el anterior, porque considera que es «más abierto.»
Esta semana Artur Mas se encontraba en Madrid para ser juzgado, junto a otros miembros del Govern, por los gastos del 9-N. Mas se quejaba: «Se nos acusó de malversación, se nos juzgó y el mismo procesó cayó. Pero algunos, no contentos con las penas por considerarlas demasiado leves, han querido arruinarnos en nuestras economías personales»
En relación con el 9-N, el expresident insiste en que no hubo desobediencia al tribunal. «El tribunal anuló el referéndum y nosotros lo pasamos. Lo que se hizo fue una consulta popular, cosa que estaba en las manos de 40.000 voluntarios. Pocos días antes, alguien se pone nervioso, lo denuncia y el Constitucional lo vuelve a anular. Pero es que ya no estaba en las manos de la Administración. ¿Cómo se para a 40.000 voluntarios?» También ha sentenciado que, si al final son condenados, van a llegar «hasta las más altas instancias europeas porque, al final, se está forzando el estado de derecho para castigar a personas por sus ideas».
Sobre los sucesos del pasado uno de octubre, Artur Mas ha admitido que no hubiera alentado a los CDR como hizo Torra. Ha dicho que, si bien respeta las decisiones y el «estilo» de cada president,él «lo hubiera hecho de otra forma.» Del mismo modo respetó pero no compartió el estilo de su predecesor. «Puigdemont iba a manifestaciones soberanistas, yo no. Entendía que yo tenía que preservar mi perfil institucional, pero lo respeté absolutamente.»
