Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, anunció el martes medidas de refuerzo ante los rebrotes en España. Entre ellos, se encontraba la duplicación de rastreadores y la implantación del uso obligatorio de mascarilla. Pero hubo una medida que resaltó bastante.
Ayuso anunció una cartilla COVID que serviría para identificar a quienes ya hayan pasado la enfermedad. Según sus palabras, estas personas crearían anticuerpos que certificarían con esta cartilla, pudiendo hacer vida normal y acceder a recintos cerrados por la pandemia.
Al momento de salir, esta medida ya generó polémica. Por un lado, aún no se tiene constancia ninguna de que las personas que pasen el coronavirus generen anticuerpos. Por lo que con esta cartilla se estaría dando vía libre a la circulación de estas personas que podrían estar contagiadas aún o ser vulnerables.
Por otro lado, hay un riesgo social altísimo: esta cartilla podría dar paso a que distintos sectores de la población busquen infectarse para obtenerla. Múltiples expertos criticaron esta controversial medida, y parece que las críticas han llegado a los oídos de Ayuso.
Tan solo ocho horas después de anunciarlo, dio marcha atrás desde su Twitter asegurando que tan solo era «un proyecto piloto» y rebaja la medida a tan solo una idea.
Ante el COVID estudiamos soluciones como un proyecto piloto de cartilla, temporal, según vaya el virus.
Que aglutine datos y afine en políticas públicas, algo positivo en una epidemia.
Además, deja vía libre para estudiar medidas para los más vulnerables.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) July 28, 2020
Salvador Illa se hizo eco de estas declaraciones y quiso aclarar que «ningún organismo internacional, en concreto ni la Organización Mundial de la Salud, ni ninguno de los documentos que hemos elaborado, ni el real decreto ley de nueva normalidad ni el plan de respuesta temprana contempla ese tipola propia OMS quien abandonó la idea de un pasaporte COVID de medidas. Nosotros no recogemos esto ni ningún organismo internacional lo hace».
De hecho, fue por la poca información de los anticuerpos generados por alguien que ha pasado la enfermedad.