El Tribunal Supremo ha ratificado la condena a once años de prisión a dos agentes que llevaron a cabo un montaje policial para inculpar a una persona inocente a cambio de dinero.
Los dos condenados aceptaron el encargo pagado del exnovio de una mujer la acusaron de tráfico de drogas, un delito por el que la víctima pasó 39 días en la cárcel.
La sentencia del Alto Tribunal desestima el recurso de los acusados contra la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid de octubre de 2018, que también condenaba a la expareja de la mujer a 5 años de prisión por ser cómplice en un delito de cohecho y de detención ilegal.
En este caso, la sentencia actual rebaja un mes la condena por indebida aplicación de una atenuante. Así, deberá pasar cuatro años y once meses en prision.
Los hechos tuvieron lugar en 2014, cuando el exnovio de la mujer decidió vengarse de ella porque, según él, le había robado dinero. Así, contactó con los dos policías ahora condenados y les pidió que la acusaran de tráfico de drogas y la encarcelaran.
Los dos oficiales siguieron el plan y montaron un dispositivo de vigilancia y seguimiento y, «plenamente conscientes de que no concurría causa legal para ello y sin que mediara ningún delito», detuvieron a la víctima cuando salía de un bar de Madrid.
Los agentes trasladaron a la detenida a la Comisaría de Moratalaz, donde la señalaron como presunta autora de un delito de atentado con arma de fuego y un delito contra la salud pública.
Como evidencia de estas acusaciones, los policías mostraron una una pistola detonadora modelo GT23 y un bolso en cuyo interior había cocaína y heroína. La sentencia considera probado que todo había sido puesto por ellos.
Los dos policías redactaron un atestado donde relataban que habían arrestado a la mujer después de que intentara evitar la presencia policial y que, al ser parada por la Policía, disparó su arma contra los agentes, por lo que se vieron obligados a reducirla.
La detenida pasó 39 días en prisión, lo que le ocasionó un trastorno de estrés postraumático.
Asuntos Interiores abrió una investigación sobre el caso, en la que se desveló que la pistola traída por los agentes no tenía ADN de la víctima. Asimismo, no se encontraron indicios de droga en su coche.
Además, en la taquilla de uno de los condenados hallaron pastillas de droga que coincidían con las que colocaron en el bolso de la mujer.