in

Condenan a un hombre por abusos sexuales a su hija, quien ha desarrollado 2.500 personalidades distintas

Jenny Haynes.

Un tribunal australiano ha condenado hoy a Richard Haynes a 45 años de cárcel, un hombre acusado de violar múltiples veces a su hija durante los años 1974 y 1981. 

A raíz de los abusos sufridos, Jenny Haynes, hija y víctima del pederasta, desarrolló un Trastorno de Personalidad Múltiple, llegando a albergar dentro de sí misma hasta 2.500 personalidades. El TID se desarrolla como consecuencia del estrés postraumático, y es una defensa del cerebro para protegerse contra sentimientos de dolor y terror extremos que la persona no es capaz de manejar adecuadamente.

Desde los 4 años hasta los 11, Jenny Haynes fue violada regularmente por su padre de forma violenta e incluso torturada. Para mantener en secreto los continuos abusos del pederasta, su padre la amenazaba con la muerte de su madre o con matar a su mascota, o la torturaba psicológicamente menospreciándola y haciéndola creer que podría hacer lo que quisiera con ella.

«Estoy emocionada que mi papi me haya visto y que me oiga», dijo con una sonrisa y con gran entusiasmo Symphony a los medios, una de las personalidades de Haynes basada en una niña de 4 años. La víctima testificó junto a trienta personalidades de las 2.500.

Tras los periodistas solicitar la intervención de Jenny de nuevo, esta explicó que Symphony es la persona que «salvó nuestras vidas». Pocos segundos después Muscles -otra de las personalidades- irrumpió para llamar «bastardo» a su padre.

El pederasta, por su parte, se declaró culpable tras el testimonio de su hija, pero «no porque estuviera conmocionado por la enormidad de sus actos, sino porque no pudo manejar lo que dijo Symphony cuando contó lo que le hizo con detalles explícitos y desgarradores«, explicó Jenny en una entrevista al programa 60 Minutes, del canal 9.

Escrito por L. Acosta

Alerta sanitaria: Nuevo caso de listeriosis en la carne mechada de la marca ‘Sabores de Paterna’

Espinosa de los Monteros (Vox): «Los niños mueren más a manos de mujeres y no lo llamamos violencia feminista»