«¿Cómo te llamas?» «No lo sé». Con estas duras palabra empieza la grabación, una denuncia a las guerras en países subdesarrollados donde un hombre le hace varias preguntas a unos niños iraquíes víctimas de éstas. Especialmente a Malak, una niña que escapó de Fallujah después de que ISIS asesinara a sus padres.
Sin dejar de sonreír en todo momento, la pequeña responde impasible a las durísimas preguntas. «¿Dónde está tu padre?», le cuestiona el autor del vídeo. «Mi padre murió», afirma la niña.
Pero el momento más duro viene cuando el hombre le pregunta si ha desayunado, comido o cenado algo: Malak se rompe y echa a llorar después de intentar guardar la sonrisa.
El vídeo rompió los corazones de todos en las redes, provocando a su vez un extenso debate y reflexión sobre lo que todos estamos haciendo mal. La gente se preguntaba dónde y cómo está ella ahora, así que el autor original de las grabaciones salió en su búsqueda.
«Malak tiene ahora 8 años. Está en la escuela y ha hecho amigos en su ciudad», cuenta el hombre, que siguió el rastro de la pequeña hasta la frontera de Siria, donde se encuentra a salvo viviendo con sus abuelos.
El hombre la describe como un «ángel del desierto» capaz de «motivarnos» a «amarnos y ayudarnos de cualquier forma». Cuenta cómo «la gente la suele recordar por su llanto», pero él la recuerda por su sonrisa: «Nunca olvidaré el coraje de su gesto».