El juicio contra Ana Julia Quezada, asesina confesa del pequeño Gabriel Cruz, ha comenzado hoy. La acusación particular, formada por Ángel Cruz y Patricia Ramírez, sostienen que la acusada lo asesinó debido a que el menor «le estorbaba» y a su conocimiento de que la abuela paterna del niño «tenía dinero».
El abogado Francisco Torres discrepa de esta versión, debido a que encuentra el móvil «irrelevante» al no «caber tanta maldad y ensañamiento». Asimismo, asegura que la Quezada actuó con alevosía y premeditación, ya que realizó el crimen un «día en el que el padre estaba ausente» y se «ensañó aumentando inhumanamente el dolor para hacerle sufrir».
«Lo apaleas, lo ves balbuceando con vómito y, ahí, lo asfixias. Si su pretensión era asfixiarlo, no le da la somanta de palos que le dio durante una hora», ha declarado el letrado.
El letrado ha calificado como «inaceptable» la tesis sostenida por la defensa de que fue una muerte «accidental» debido a que el niño «estuvo cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada». Ha explicado también que cree que «lo quiso descuartizar» ya que «se negó a contestar al juez por qué lo desnudó para enterrarlo después».
«Lo golpea hasta que lo mata y después se pone a fumar, porque lo ha dicho, y después a cavar el hoyo», ha reprochado Torres, que también que ha destacado «la falta de escrúpulos brutal» con la que «dormía a diario con el padre del niño que había matado o animaba a diario a todo el mundo».