El Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado el discurso de Felipe VI sobre el 1-O, y ha pedido la abolición de la monarquía, como ya hizo el Parlament. Se trata de una declaración institucional de valor simbólico, aprobada con el apoyo de Barcelona en Comú, PDeCAT, ERC y CUP.
Además del rechazo a las declaraciones del rey y la solicitud de abolición de la monarquía, el texto condena también las amenazas de un nuevo 155 y la ilegalización de partidos independentistas.
Justo hoy el Gobierno ha anunciado que llevará al Tribunal Constitucional una declaración del Parlament del pasado 11 de octubre, prácticamente idéntica a la que ha aprobado el consistorio barcelonés.
María Rovira, concejal de la CUP, ha sido quien ha leído la declaración. El PP y el PSC han rechazado el texto, al que el popular Alberto Fernández-Díaz se ha referido como un «menosprecio a la corona y a la unidad de España». Carmen Andrés, socialista, ha añadido que la monarquía es una de las «instituciones legítimas y democráticas» de España. Ciudadanos se han ausentado del pleno en el momento de la lectura del texto. Carina Mejías, su portavoz, decía que no es competencia del Ayuntamiento «exigir la libertad de nadie que esté en la cárcel», y adelantaba que no condenarán al rey en ningún caso.
Jordi Coronas, por contra, ha defendido la declaración afirmando que el respeto «se gana y no se hereda». Gerardo Pisarello, teniente de alcaldía, afirmaba que «la monarquía se ha convertido en un obstáculo para los avances democráticos que necesitamos en el siglo XXI».