En los últimos 10 años las redes se han vuelto un arma imprescindible para los partidos políticos, y normalmente, cuando pensamos en esta afirmación, solemos imaginarnos las campañas online llevadas a cabo por los mismos. Pero realmente va bastante más allá.
«No somos conscientes del terrible daño que la manipulación de la información en las redes». Así comienza el hilo de Marcos Criado, un profesor de derecho constitucional que lleva «dando clase 20 años» en el que nos cuenta lo que ocurrió con una práctica que les puso a sus alumnos de primero. «Nunca había visto algo así», comenta.
No somos conscientes del terrible daño que la manipulación de la información en las redes está produciendo en los jóvenes. Llevo 20 años dando clase de derecho constitucional y nunca había visto algo así. Os lo explico en un pequeño hilo?
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
«He puesto una práctica a los de 1º para que redactaran un pequeño proyecto de ley orgánica», explica el profesor. El trabajo consistía en que «justificaran de motivos porqué debía regularse por ley orgánica y que hicieran el deslinde con las materias conexas». «Lo que he encontrado me ha dejado frío», explica.
He puesto una práctica a los de 1° para que redactaran un pequeño proyecto de ley orgánica. La idea era que justificaran en la exposicion de motivos porqué debía regularse por ley orgánica y que hicieran el deslinde con las materias conexas. Lo que he encontrado me ha dejado frio
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
Criado cuenta cómo se encontró con muchos «proyectos de reintroducción de la pena de muerte, negación de la educación básica a extranjeros, eliminación del 3er grado penitenciario, prohibición de partidos secesionistas, derecho a utilizar armas contra okupas, obligación de parir a cambio de una indemnización…». Temas muy comentados en las redes por reaccionarios avalados por noticias falsas e información inventada o sacada de contexto.
Muchos proyectos de reintroducción de la pena de muerte, negación de la educacion básica a extranjeros, eliminación del 3er grado penitenciario, prohibicion de partidos secesionistas, derecho a utilizar armas contra okupas, obligación de parir a cambio de una indemnización…
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
«Como profesor he fracasado en mi función de motivar, porque o no se han leído la Constitución, o se la han leído pero han preferido hacer notar su posición ideológica en proyectos inconstitucionales antes que hacer derecho», se lamenta Criado, que achaca este fenómeno a «miedo inducido […] en parte» venido de las redes sociales, ya que «es poco probable que tantos alumnos hayan tenido experiencias que fundamenten sus temores».
Como profesor he fracasado en mi función de motivar, porque o no se han leído la Constitución, o se la han leído pero han preferido hacer notar su posición ideológica en proyectos inconstitucionales antes que hacer derecho. Muy pocos trabajos pretendían ampliar derechos
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
Es cierto que los alumnos de 1° siempre son drásticos y tienden a poner su ideología por delante del derecho, pero esto va más allá. Los trabajos transmiten la sensación de que estos chicos se sienten amenazados y quieren prohibir o eliminar aquello que sienten que les amenaza
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
Es poco probable que tantos alumnos hayan tenido experiencias que fundamenten sus temores, por lo que es más plausible pensar que se trata de un miedo inducido y que la intensidad con la que perciben la amenaza es también ideológica
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019
Por tanto la percepción del mundo exterior como algo amenazante que exige prohibir, restringir derechos y aumentar la posibilidad de defenderse, incluso con la violencia, tiene que venir, al menos en parte, de las redes sociales, amplificada por los procesos de socialización
— Marcos Criado (@CriadoMar1) 30 de noviembre de 2019