Advertencia internacional
El diario estadounidense ‘New York Times’ ha publicado un artículo avisando seriamente a España de los peligros que supone la irrupción de la ultraderecha, tras el triunfo de Vox en las elecciones andaluzas.
El artículo, firmado por Martín Caparrós y titulado ‘La bestia que dormía’, recuerda la frase ‘Spain is different’, que fue cierta hasta hace cuatro días cuando este país no tenía un partido de ultraderecha.
«Aquí el nacionalismo belicoso había tenido cuarenta años para desprestigiarse hasta el fondo del fondo y, cuarenta años después, nadie quería resucitarlo», comenta el autor, por lo que la derecha española era «españolista sin beligerancia, con la conciencia de que debía mantener cierta compostura».
«Hasta que, este domingo, en las elecciones autonómicas andaluzas, un partido pequeño, nuevo, extremo consiguió el 11 por ciento de los votos. Se llama Vox; lo inventó hace cinco años Santiago Abascal, cincuentón vasco, sociólogo formado por jesuitas, exmilitante del Partido Popular, deportista de riesgo, hombre de a caballo y Smith & Wesson en el cinto. La bestia ya no duerme.»
Según el autor «la bestia ha despertado porque en un país molesto con sus políticos el discurso de la antipolítica es un imán potente —y Vox es el último en llegar, el candidato al famoso voto «antisistema»».
Caparrós señala que el programa de Vox «incluye ciertas medidas que pueden ser justas y populares, de esas que ahora se llaman populistas» pero que «su gran valor, su diferencia —y seguramente su sex appeal principal— está en su reivindicación nacionalista: la palabra España les chorrea de los labios, su defensa ante la amenaza separatista es su bandera, la extirpación del chancro inmigrante su misión más proclamada».
«El miedo avanza. No hay, en este momento, buenas razones para pensar que ese 11 por ciento andaluz no podría replicarse en las elecciones generales cada vez más cercanas», continúa el autor.
«Cuando el fantasma de Vox empezó a amenazar, se discutían dos posiciones: si hablar mucho de él para frenarlo o poco para no agrandarlo. Fue un debate inútil: el fantasma se ha hecho carne y hueso y casi 400.000 votos. Ahora se trata, como siempre, de encontrar una propuesta que atraiga a millones, que consiga que del agotamiento de la política tradicional no crezcan monstruos sino opciones para inventar vidas mejores.»