El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha abandonado este domingo el país tras la entrada de los talibanes en la capital, Kabul. De esta manera, han terminado de recuperar el control del país después de la retirada de las tropas internacionales.
Según ha avanzado la cadena afgana Tolo News, Ghani ha huido junto a un reducido grupo de colaboradores tras entregar las competencias sobre la autoridad de las negociaciones con los talibanes a los líderes políticos del país.
El presidente afgano se ha dirigido a Tayikistán, según ha confirmado un asesor cercano del dirigente a la cadena india WION News.
El asedio a Kabul comenzó este domingo por los talibanes, que han tomado posiciones en varias entradas de la capital mientras esperan a que se llegue a un acuerdo para una transición pacífica de poder con el Gobierno afgano.
La situación en la ciudad es de pánico absoluto, con las autoridades afganas pidiendo a todos los funcionarios que dejen sus puestos de trabajo y se vayan a sus hogares, mientras los locales y los bancos están cerrados y el tráfico está paralizado debido a grandes atascos.
En un comunicado, los talibanes han pedido a sus combatientes, tras tomar el control de casi la totalidad de Afganistán, «no luchar en Kabul» y que se queden «en las puertas» de la capital, sin intentar entrar en la ciudad.
«Dado que la capital Kabul es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza o combatir, sino más bien entrar en Kabul pacíficamente«, afirmaron los asaltantes.
Los talibanes añaden que «se están llevando a cabo negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de manera segura, sin comprometer la vida, la propiedad y el honor de nadie, y sin comprometer la vida de los kabulíes».
También recalcaron que el control de la seguridad en Kabul sigue en manos «del otro bando» y dejaron claro a la población que no tienen «intención de vengarse de nadie«, incluidos los que estuvieron en el Ejército, la Policía o en la Administración: «Están perdonados y a salvo, nadie será objeto de represalias».
«Todos deben permanecer en su propio país, en su propio hogar, y no intentar salir del país», concluyeron.
Este fin de semana llegarán a Kabul gran parte de los 4.000 militares estadounidenses que el Pentágono envió a la capital afgana para evacuar al personal de la embajada de EE.UU. y a ciudadanos afganos.
Por su parte, países como Canadá, Alemania, Reino Unido o España también han anunciado la inminente evacuación de una parte del personal de sus embajadas y de ciudadanos afganos y sus familias que trabajaron junto a ellos durante las dos últimas décadas.