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El youtuber Ángel Blasco, condenado a seis meses de cárcel por hacer sátira

El youtuber vestido de Bin Laden.

El youtuber Ángel Blasco creó un personaje ficticio llamado Angelillo de la Vall con el que criticaba el poder y la sociedad a través de sátiras grotescas, absurdas y provocadoras. Por ejemplo, se disfrazó de Bin Laden, de nazi y hasta de Jesucristo sadomasoquista.

Sin embargo, en 2013 la Guardia Civil arrestó a Blasco y lo dejó detenido en el cuartel durante tres días acusado de «apología del terrorismo». Según ha contado a ‘Público’, fue entonces cuando comenzó un «auténtico infierno» que, siete años después, no ha terminado.

«A mí me pedían seis años de cárcel y 14.000€ entre multa, responsabilidad civil y otros, y al final se ha quedado en seis meses y 900€. No tengo que entrar en la cárcel, por lo que mucha gente me felicita cuando me ve, pero yo estoy dispuesto a recurrir para limpiar mi nombre, soy inocente y quiero que quede claro», ha dicho el afectado. «Lo más curioso es que tampoco se especifica a quién odio, al final me han condenado por odio al poder».

En los últimos años ha tenido lugar un tortuoso camino judicial. En un primer momento, la Guardia Civil remitió el caso a la Audiencia Nacional, que lo desestimó considerando que no se hacía apología de ningún grupo terrorista concreto. Tras esto, la Fiscalía lo reconvirtió en una acusación de amenazas que también fue sobreseída en 2015 por un tribunal de Castelló.

Cuando parecía que todo iba a quedar en nada, la protectora de animales ASPAC denunció a Blasco por maltrato animal, ya que en alguno de sus vídeos aparecía un perro con leishmaniosis que utilizaba como metáfora de la exclusión social.

Para ese momento se había introducido en el Código Penal el «delito de odio», por lo que Fiscalía aprovechó la reapertura del caso para volver a denunciar Blasco con la nueva tipificación. En junio del año pasado se celebró la vista en la Audiencia Provincial de Castelló, cuya sentencia se ha hecho pública recientemente. En ella se le absuelve del delito de maltrato animal y se rebaja el delito de odio hasta la pena mínima prevista.

Blasco dice que «lo peor» no ha sido la parte judicial, sino la condena social y mediática. «Cuando me detienen, me señalan en televisión como un terrorista que amenaza y se burla de sus vecinos y desde entonces he sufrido un auténtico acoso. Me han amenazado, tirado piedras… Incluso encontraron un explosivo dentro de una nevera enfrente de mi casa», asegura.

Escrito por M. Zafra

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