José Marín, gerente de Magrudis (pero en realidad dueño, como os adelantábamos ayer), empresa encargada de la fabricación de la carne mechada infectada de listeriosis que ha afectado ya a más de 200 muertes y dos muertes, ha salido en su propia defensa y su «escrupulosa forma de trabajar».
El empresario ha presumida de la certificación ISO-9001 que Magrudis recibió hace tres meses y ha explicado al ABC que no sabe «ni lo que me habré gastado en lejía». «Si encuentran bacterias en un quirófano, cómo no va a haber en mi fábrica», defendió.
El equipo encargado de investigar la fábrica pone el foco de infección en el carro de horneado, aunque Marín se opone a esta creencia justificando que la máquina se pone a 240 grados, aunque reconoce que tras el horneado la máquina es llevada a una zona de enfriado.
A su vez, el gerente ha pedido perdón a los afectados aunque se centra más en la crisis que puede provocar esta situación en su empresa. Asegura que le «va a costar una millonada», pero que su intención es «que todo pase para volver a trabajar». Ha señalado que «no supondrá la ruina, pero nos va a costar mucho salir de esto».