La Ertzaintza encontró el pasado viernes en un piso del barrio de Zabalgana de Vitoria-Gasteiz el cadáver momificado de una mujer que llevaba ocho años muerta.
La mujer fue hallada tumbada en la cama, sin signos de violencia. Además, la puerta de su casa estaba cerrada por dentro, lo que hace suponer que se trató de una muerte natural, según la propia Ertzaintza y el Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria.
Se trataba de Nadejda, una mujer ucraniana que a día de hoy tendía 65 años. Llegó a la capital vasca en el año 1996, y desde el año 2007 estaba empadronada en el piso en el que falleció.
Fue su hermano quien informó a la policía, por correo, que tenía problemas al comunicarse con ella. Esto fue lo que provocó que la Ertzaintza entrara al piso y encontrara el cuerpo de Nadejda.
En 2013, los vecinos de su portal ya alertaron de fuertes olores provenientes de su vivienda, aunque el caso se cerró al no obtener respuesta de la fallecida. Los vecinos se olvidaron una vez el olor cesó, al comenzar el proceso de momificación. Ni siquiera el buzón, desbordado de cartas, o el que su coche estuviera lleno de polvo alarmaron a nadie.
