Corinna Larsen, antigua amiga de Juan Carlos I, ha confirmado que el emérito le reclamó en 2014 los 65 millones de euros, parte de los 100 millones saudíes, que le había transferido desde la Fundación suiza Lucum.
Así lo ha avanza El Mundo, donde aseguran que el 5 de marzo de 2019 Larsen le envió una carta al jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, en la que afirmaba que Juan Carlos I le había pedido que le devolviera ese dinero en 2014 tras su abdicación. Dinero que, recordamos, el rey había regalado a Corinna por «gratitud y por amor» según la propia Larsen.
Ella se negó a devolvérselo, argumentando «potenciales acusaciones por delitos financieros», lo que provocó la ira del emérito, quien seguidamente la acusó «falsamente de haberle robado sus bienes» e inició «una campaña de difamación» contra ella, cuenta el diario.
La carta fue enviada por los abogados defensores de Larsen, desde el despacho londinense Kobre & Kim, cuando Larsen ya se encontraba bajo investigación por el fiscal suizo Yves Bertossa por un supuesto blanqueo de capital. La carta tenía como objetivo «abrir un canal confidencial de comunicación» con Felipe VI e informarle de «importantes hechos».
De hecho, en el comunicado oficial de la Casa Real, publicado el 15 de marzo de 2020, donde Felipe VI rechazaba la herencia de su padre y le retiraba la asignación de los Presupuestos, se hace referencia a la carta de Larsen. En el documento, se explicaba que el rey se había enterado de la existencia de Lucum y de que era «el segundo beneficiario».
