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La dolorosa verdad sobre la app Radar COVID, por un positivo de coronavirus: completamente inútil

La integración de las tecnologías en la pandemia ha sido uno de los puntos más perseguidos en todo el mundo tras saberse que en Wuhan, epicentro del coronavirus, su uso estaba siendo todo un éxito.

Así, los Gobiernos y las empresas comenzaron a trabajar codo con codo y lograron desarrollar la famosa app Radar COVID. El funcionamiento es básico y sencillo: si das positivo, ingresas un código que te dan desde el centro donde te realizaste el test. A partir de ahí, tu teléfono, que se ha estado comunicando anónimamente con todos los teléfonos con los que te has cruzado, les avisa del contacto y que existe peligro. Esto, por supuesto, confía en el ‘buen hacer’ de los ciudadanos y en que todos se bajen la app, además de dejar a la suerte que los positivos ingresen ese código.

Si el punto de que el uso de la app no sea obligatorio ya hace perder una cantidad muy grande de fiabilidad en este método, que sea casi imposible conseguir el código de contagiado hace que su uso sea absolutamente inútil.

Esto podemos saberlo de primera mano gracias al usuario de Twitter Mario, positivo en COVID-19 y usuario de la app, tras resumir en un hilo su pésima experiencia con esta aplicación.

Mario cuenta la odisea y los días que pasó intentando conseguir el código de positivo: «ni mi rastreadora, ni el centro de salud, ni el teléfono de información COVID, ni el centro de control de COVID» se lo dio. Con insistencia y mucho tiempo lo consiguió, y tras algunas barreras en la app consiguió meterlo.

¿El problema? la app tardó 5 días en avisarle a su novia, conviviente en la misma casa, de que era positivo, «y hasta ocho días con personas con las que había cumplido los requisitos de distancia y tiempo de contacto». Una experiencia que da un resultado claro sobre el intento nacional de integrar las tecnologías en la pandemia: fracaso.

Escrito por L. Acosta

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