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La emotiva carta de una mujer al hombre que la ayudó cuando estaba siendo acosada en el metro

Young casual woman with a cell phone in her hand waiting on the platform of a metro station for metro to arrive. Public transport.

Acoso en el metro

La usuaria de Reddit Strawberry_luv ha publicado en su cuenta una carta a Michael, un hombre que iba con ella en el vagón y que la ayudó cuando sufrió una situación de acoso. «Nunca había vivido una situación así y siempre había pensado que sabría qué hacer en ese contexto, pero me quedé bloqueada y me callé» narra en su misiva virtual.

La situación de acoso, según cuenta la víctima, se produjo porque un hombre que ya la había estado acosando se subió  con ella en un vagón de la línea 1 del metro de Nueva York. «El tío estuvo detrás de mí los 6 minutos que esperé el tren (diciéndome ‘nena’ y esas cosas). Me senté y él se sentó encima de mí sujetándose a la barra.»

Se juntó con unos desconocidos se juntó con unos desconocidos, entre los que estaba Michael, que se dio cuenta de lo que estaba pasando y dio un paso al frente. Le preguntó que si iba a la cena de un tal Jeff, y ella le dijo que sí. Luego él le dijo «mira lo que me ha escrito Jeff», enseñándole el móvil, en el que ponía en la aplicación de notas «¿Estás bien?».

«Al final se bajó conmigo en mi parada y me acompañó al piso de mis amigos, cuando se suponía que él tenía que bajarse en el 103», fue el feliz desenlace de la historia.

Cogí la línea 1 y un hombre se subió detrás de mí (esto pasa en todas partes). Llevaba las llaves en la mano, sin que se vieran, porque el tío estuvo detrás de mí los 6 minutos que esperé el tren (diciéndome ‘nena’ y esas cosas). Me senté y él se sentó encima de mí sujetándose a la barra. Me puse tan nerviosa que me dieron ganas de vomitar, así que me levanté y me quedé entre un grupo de personas agarradas a la barra. Y entonces me dice un chico: «Hey, Lauren, ¿tú también vas a la cena de Jeff?». Por un momento me sentí confundida, porque me miraba a mí, pero no me llamo Lauren. Me costó 10 segundos darme cuenta de lo que estaba haciendo. Y contesté: «Sí». «Qué bien, pues podemos ir juntos. ¿En qué parada te bajas?», me preguntó. Y se lo dije. Luego me dijo: «Mira lo que me ha mandado Jeff», y en la app de notas ponía «¿estás bien?». Se movió hacia mi lado para que yo pudiera escribir. Le conté que ese tío me estaba siguiendo. Al final se bajó conmigo en mi parada y me acompañó al piso de mis amigos, cuando se suponía que él tenía que bajarse en el 103. El tío se fue al momento, porque este chico era mucho mayor que él, por suerte. Nunca he vivido una situación así y siempre he pensado que sabría qué hacer en ese contexto, pero me quedé bloqueada y me callé. Estoy muy agradecida a los hombres que, como él, son conscientes de estas situaciones y dan un paso al frente. En Nueva York la mayoría de la gente suele ser muy reservada, así que muchas gracias, Michael. Estés donde estés. Siento hacer que llegaras tarde. Pero fuiste mi ángel de la guarda.

Escrito por M. Zafra

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