Los escoltas de la Casa Real han roto su silencio para denunciar la precaria situación que viven ante la pandemia del Covid-19. Concretamente, se ha quejado el personal de seguridad de las infantas Cristina y Elena, hermanas del rey.
Los escoltas han denunciado que el confinamiento domiciliario de las hijas de Juan Carlos I les ha convertido en una suerte de servicio doméstico con labores como ir a comprar pizzas a restaurantes o a recoger zapatos a Zarzuela.
«Hemos vivido muchos momentos con esta familia, incluso en las situaciones más difíciles, pero ahora hablamos de nuestra salud, de nuestras vidas», han dicho a la revista Vanitatis. «Los escoltas hacemos lo mismo, las mismas horas y en los mismos lugares, sin prevención ninguna», explican.
Apenas tienen material de protección, y el poco del que disponen no ha llegado hasta este martes. «Pedimos a los superiores que nos protegieran y lo único que hemos conseguido, muy poco a poco, es algunas cajas de guantes, gel y mascarillas».
Respecto a la infanta Elena, los escoltas aseguran que ha tenido que ser el emérito el que la conmine a quedarse en su casa. «Ha estado saliendo hasta el último momento, incluso se fue de cacería, y ahora son los escoltas quienes hacen esas gestiones personales«, atestiguan.
La infanta Elena tiene a su disposición 20 escoltas, de los cuales cuatro están encargados de tareas estáticas, vigilando la puerta de la casa de la infanta las 24 horas del día. Los restantes están en tareas activas, siguiéndola por la calle, pero con la situación de cuarentena actual se encuentran confinados en una habitación de 10 metros con un sofá y una tele esperando órdenes.
«No han aportado soluciones, no se han formado grupos estancos para que al menos no estén todos allí, mezclados», denuncian los escoltas, que proponen «reducir servicios, no hace falta tener a toda la escolta trabajando, o incluso anularlos unos días».
Añaden que, debido a la situación actual, sus tareas se han reducido a pasear al perro, ir a comprar, y hasta «han tenido que ir a Zarzuela a buscar unos zapatos».
Ponen de ejemplo a la infanta Margarita, hermana de Juan Carlos I, quien ha otorgado a sus escoltas un permiso para que no trabajen. «Cada mañana la llaman para ver si necesitan algo y ya está, como mucho han ido un día a la compra», comentan los agentes.