El estado de Nueva York ha limitado de nuevo los precios del alquiler mediante una ley que comprenderá más zonas que la anterior, llegando a afectar a 2,4 millones de viviendas.
En Nueva York existen dos tipos de limitación: el control y la estabilización de la renta. La regulación establece que edificios con renta de 1970 construidos antes de 1947 continúen pagando el mismo precio, aunque se permiten ligeros aumentos controlados.
Esta medida se lleva a cabo desde hace décadas, aunque ha ido a menos. En 1950 se protegían 2 millones de viviendas, mientras que en la actualidad solo unas 27.000.
Respecto al control de los alquileres, la ley permite un margen de subida de un 7,5% anual, sin poder superar un umbral máximo. No obstante, diversas organizaciones de vivienda abogan por el blindaje de la ley, ya que son muchos los pretextos que un casero puede utilizar para esquivarlo.
Así, la renovación del edificio es en muchos casos suficiente para saltarse la ley (aunque esta consiste en una simple mano de pintura en la fachada). Asimismo, por cambio de arrendatario el precio del alquiler puede subir hasta un 20%.
La parte positiva es que de ahora en adelante la ley se extenderá a otras zonas del propio estado, a pesar de la rotunda negativa de los grandes propietarios de inmuebles.
También Portugal se ha sumado al control del precio del alquiler.