Portugal ha decidido mirar por sus ciudadanos y dar un paso histórico a nivel mundial. El Diário da República (equivalente al BOE español), ha anunciado que, a partir del 1 de julio, el Gobierno limitará los precios de los alquileres en función de la zona del país en el que se encuentre el inmueble y de su tamaño.
Según el mapa publicado por la misma entidad, la gran mayoría de las localidades de Portugal se sitúan en el segundo escalón de precios más bajo, donde un estudio podrían llegar a costar hasta 250 euros, pisos de dos habitaciones hasta 450 euros y de cinco habitaciones 675 euros máximo, según informa La Voz de Galicia.
En Lisboa, que se encuentra en el extremo más alto de la escala de precios, es donde se registrarán los precios más elevados de la denominada renta accesible: los arrendadores, a cambio de incentivos fiscales, podrán cobrar un máximo de 600 euros por un estudio, y no más de 1.700 por un piso de cinco habitaciones.
Los requisitos para acceder a esta renta accesible piden que el inquilino no tenga unos ingresos brutos anuales que superen los 35.000 euros o 45.000 en caso de firmar el contrato con una pareja, pudiendo en este caso sumar 5.000 euros por cada hijo.
