Una mujer enferma de coronavirus acudió a un Starbucks de Paju, Corea del Sur, y provocó un rebrote de al menos 55 personas. Solo consiguieron salvarse los empleados ya que llevaban mascarilla.
Así lo cuenta Bloomberg, donde adelantan que el brote se produjo el 8 de agosto y es, además de una mala noticia, un gran ejemplo de cómo la mascarilla sí funciona. Tras una investigación, se llegó a la conclusión de que el aire acondicionado no funcionaba como debía y eso hizo que el virus se propagara con una rapidez superior dentro del local.
En un primer análisis se detectaron 27 contagios, pero la cifra subió a 55 a las pocas horas. Los únicos que se salvaron fueron los cuatro empleados del local, que llevaban mascarillas mientras trabajaban. Las autoridades señalan que los clientes eran más susceptibles porque se quitaron, naturalmente, las mascarillas para comer y beber.
«Incluso si las infecciones no ocurrieron a través de la transmisión por aerosol, la transmisión por gotitas también es posible en un espacio confinado y el virus podría haberse propagado por contacto con las manos», ha asegurado el portavoz del Gobierno, Gang Young-do.