La historia de Kiryusha es de película. El pastor alemán, de siete años, logró salir por sus propias patas de su tumba después de que sus dueños le administrasen una inyección letal y lo enterrasen.
Los dueños de Kiryusha creían que tenía problemas de salud y decidieron terminar con su vida vía inyección letal, pero unos exámenes veterinarios posteriores demostraron que el perro estaba sano.
Así lo cuenta el diario británico Metro, donde explican cómo el perro, tras huir de su tumba, deambuló por una carretera exhausto y sediento hasta que una conductora lo recogió, le dio comida y lo llevó a una protectora.
Allí localizaron a los dueños, los cuales no dieron crédito a lo que vieron: su perro, al que acababan de enterrar, estaba vivo y coleando. Explicaron la situación a los veterinarios y pidieron disculpas. «Gracias a la persona que lo rescató, Kiryusha ha comenzado una nueva vida en la protectora. Es muy tranquilo, anda con calma, no se escapa, no genera conflictos», explica una trabajadora de la protectora. El perro encontró un nuevo hogar poco después.
