João Paulo Araujo Gomes es sacerdote y cada domingo desde hace varios años lleva a sus misas a perros callejeros con el fin de que los feligreses los adopten. Los refugia en la Parroquia de Sant’Ana Gravatá (Brasil).
El cura los recoge durante la semana, los aloja en su casa, los lleva al veterinario para asegurarse de que están sanos, los alimenta y al llegar el domingo, los lleva a misa esperando que los asistentes puedan darles un hogar.
Durante sus misas, el religioso interactúa con los animales mientras imparte sus sermones. “Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección, porque esta casa es de Dios y ellos son de Dios”, ha defendido Araujo en su cuenta de Facebook.